La leyenda del Callejón del Corazón Sangrante
Ciertos rincones de Londres guardan memoria de hechos trágicos ocurridos hace siglos que hoy forman parte de las leyendas urbanas. Uno de esos sitios es el callejón empedrado que, con el nombre de Bleeding Heart Yard, sale de la calle Greville, en la zona de Clerkenwell, Camden, cerca de la estación Farringdon Rail.
La leyenda asociada a este peculiar espacio londinense se refiere a la muerte horrible de Lady Elizabeth Hatton, y nos sitúa en un gran baile celebrado en la Casa Hatton una noche de invierno a mediados del siglo XVII.
Lady Hatton era una mujer joven, bella y muy rica, y atraía la atención general. En cierto momento se abrieron las puertas del salón y entró un hombre muy elegante, al parecer un embajador europeo, probablemente español. Este hombre acaparó a Lady Hatton, iniciando con ella una danza en círculos dentro de la sala, hasta que la pareja atravesó bailando las puertas del jardín. En vano esperaron los demás que Lady Hatton y su acompañante volviesen a entrar: nunca regresaron.
A la mañana siguiente, el cuerpo de la mujer fue hallado en el patio trasero de la Casa Hatton, descuartizado pero con su corazón todavía latiendo y derramando sangre sobre los adoquines del patio. A nadie le quedó duda de que el personaje con quien había bailado Lady Hatton aquella noche fatal no era otro que el mismísimo diablo. El patio trasero donde apareció el cuerpo tomó el nombre de Corazón Sangrante, que perdura hasta hoy.
Varios escritores tomaron esta historia como tema. El hecho fue mencionado por Charles Dickens, quien conocía bien la zona, y Richard Harris Barham, bajo el seudónimo de Thomas Ingoldsby, fue quien contó la historia en 1837.
Según su relato, Lady Hatton hace un pacto con el diablo para lograr que su marido obtenga mejores cargos en la corte de la reina Isabel I. El marido se convierte en uno de los favoritos de la reina, y es entonces cuando el diablo aparece en el baile de inauguración de la Casa Hatton y se lleva a Lady Hatton como precio del beneficio acordado.
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